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A medida que la crisis climática se intensifica, reducir el uso de combustibles fósiles se ha convertido en una prioridad mundial, no solo por sus beneficios ambientales comprobados, sino también por el impacto directo y medible que genera en la salud de las personas.
La disminución en el uso de combustibles fósiles y el aumento de energías renovables ha generado una mejora significativa en la calidad del aire y en la salud humana. La reducción de partículas contaminantes, especialmente aquellas asociadas a la quema de carbón, ha evitado anualmente alrededor de 200,000 muertes, un dato que resalta el impacto positivo de estas acciones en el bienestar global.
Los combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas natural, no solo liberan gases de efecto invernadero, sino que también emiten partículas peligrosas al aire, como las PM2.5. Estas partículas, al ser inhaladas, causan enfermedades respiratorias y cardíacas. Gracias a la disminución en la quema de carbón, las muertes relacionadas con estas partículas han disminuido un 15.7% entre 2005 y 2020, demostrando que reducir el uso de combustibles fósiles salva vidas y mejora la calidad del aire.
Reducir los combustibles fósiles requiere una transición hacia fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica, para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. Esta estrategia no solo combate el calentamiento global, sino que también mejora la salud pública al reducir las olas de calor extremas que afectan a las personas más vulnerables.
Además, es esencial fortalecer los compromisos internacionales, como el Acuerdo de París, para limitar el aumento de las temperaturas. Incluir la salud en las políticas climáticas y adoptar medidas para proteger a la población más afectada por el calor extremo es clave para mitigar los riesgos para la salud derivados del cambio climático.
Para alcanzar los objetivos climáticos, los países más pobres requieren un aumento significativo de la ayuda financiera. Esto es esencial para adaptarse a un mundo más cálido y para realizar la transición a fuentes de energía no contaminantes. Los países han asumido compromisos financieros y han prometido un fondo para compensar los daños causados por el cambio climático.
Si los países ricos no aceleran la reducción de emisiones y no ofrecen un apoyo efectivo para que las naciones más vulnerables se adapten a los daños futuros, el progreso se verá seriamente afectado. Según Madeline Diouf Sarr, presidenta de una coalición de países pobres, esto podría condenar a los países menos desarrollados a una pobreza aún mayor.
El informe ofrece una perspectiva de esperanza si se actúa a tiempo. A pesar de resaltar múltiples oportunidades, el riesgo sigue siendo una preocupación central, mencionada repetidamente, lo que refleja la urgencia de una acción global coordinada para evitar consecuencias devastadoras.
Las energías renovables son clave para proteger la salud humana y mejorar la calidad del aire. Al reducir el uso de combustibles fósiles, se disminuyen los contaminantes y las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que tiene un impacto directo en la salud pública. A su vez, el aumento de la adopción de energías renovables, como la solar y la eólica, contribuye a un futuro más limpio y sostenible.
Actualmente, aproximadamente el 29% de la electricidad mundial proviene de fuentes renovables, y la inversión en este sector sigue en aumento, alcanzando los 358.000 millones de dólares en la primera mitad de 2023. Sin embargo, aunque las perspectivas son positivas, solo el 4% de los planes energéticos incluyen medidas para eliminar los subsidios a los combustibles fósiles. La transición hacia una economía baja en carbono es crucial, no solo para frenar el cambio climático, sino también para mejorar nuestra salud y bienestar.
Petramás contribuye a la mejora de la calidad del aire mediante sus innovadores macroproyectos de energía renovable, que aprovechan los residuos sólidos para generar energía. Al transformar la basura en electricidad, la empresa reduce la necesidad de fuentes contaminantes de energía, disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero y los contaminantes atmosféricos.
Además, Petramás promueve una economía circular al convertir los desechos en recursos valiosos. Este enfoque no solo genera energía limpia, sino que también mitiga el impacto ambiental de los vertederos y promueve la sostenibilidad, lo que resulta en un aire más limpio y saludable para las comunidades cercanas a sus proyectos.
Conoce más acerca de nuestra responsabilidad social y medioambiental.
Petramás ha impulsado proyectos innovadores, como sus Centrales Térmicas de Biomasa y el Mecanismo de Desarrollo Limpio, ambos validados por el Protocolo de Kyoto. Esta validación internacional resalta la contribución significativa de Petramás en la lucha contra el cambio climático, posicionándola como un referente en sostenibilidad.
¿Cómo se soluciona esta problemática?
En Petramás, logramos una significativa reducción de gases de efecto invernadero mediante prácticas innovadoras y sostenibles en la gestión de residuos.
Una de nuestras estrategias clave es la generación de energía a partir de residuos orgánicos. Instalamos plantas de biogás que convierten estos residuos en electricidad y calor, disminuyendo así las emisiones y promoviendo la energía renovable.
Nos hemos fijado la meta de reducir un 50% nuestras emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, y trabajamos de manera continua para alcanzar este ambicioso objetivo.
Orgullosos de ser una empresa 100% peruana.
Líderes en la gestión integral de residuos sólidos y peligrosos.