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La contaminación del agua, combinada con la sequía, la ineficiencia en el uso de recursos y el aumento de la población, ha desencadenado una crisis del agua dulce a nivel mundial. Esta crisis pone en peligro las fuentes de agua potable y otras necesidades básicas, intensificando los desafíos para la salud pública y el bienestar.
Desde grandes trozos de basura hasta sustancias químicas invisibles, una amplia gama de contaminantes termina en lagos, ríos, arroyos, aguas subterráneas y, finalmente, en los océanos de nuestro planeta. Estos contaminantes degradan la calidad del agua, afectando tanto a los ecosistemas acuáticos como a las comunidades humanas que dependen de ellos.
Los estudios científicos constantemente alertan sobre la creciente contaminación del agua en todo el mundo. A pesar de los esfuerzos de monitoreo y mitigación, la situación sigue empeorando, lo que subraya la urgencia de tomar medidas más efectivas para proteger nuestros recursos hídricos.
Incluso en los puntos más altos del planeta, el agua no está a salvo. Las cordilleras, que cubren una cuarta parte de la superficie terrestre, están experimentando cambios drásticos debido al calentamiento global. Sus temperaturas han aumentado hasta un 50% más rápido que la media mundial, alterando su composición y aumentando los riesgos para los millones de personas que habitan estas regiones.
Proviene de diversas fuentes. Puede entrar en el agua directamente a través de vertidos legales e ilegales de fábricas, o por el mal funcionamiento de plantas de tratamiento. Además, el viento, las tormentas y el vertido de basura, especialmente de plásticos, contribuyen a la acumulación de desechos en las vías fluviales.
Estos son los principales puntos:
Vertido de contaminantes: Procedentes de la producción industrial y residuos diarios, con la contaminación por microplásticos como un reto emergente.
Calentamiento global: Este altera el equilibrio oceánico, reduciendo los niveles de oxígeno y amenazando la biodiversidad.
Deforestación: La tala de árboles genera sedimentos que contaminan ríos y océanos, afectando la calidad del agua.
Aguas fecales: Más del 80% de las aguas residuales llegan sin tratar a mares y océanos, según la ONU.
Tráfico marítimo y derrames de combustible: Los residuos plásticos de barcos pesqueros y los derrames de petróleo son fuentes significativas de contaminación marina.
La contaminación del agua representa una grave amenaza para la salud humana, el envenenamiento de la fauna y el deterioro de los ecosistemas a largo plazo. Cada día, según datos de la ONU, 2 millones de toneladas de aguas residuales se vierten en cuerpos de agua alrededor del mundo, evidenciando la falta de una gestión y tratamiento adecuados de los residuos humanos, industriales y agrícolas.
Algunos líquidos, incluso en pequeñas concentraciones, pueden contaminar enormes volúmenes de agua. Por ejemplo, tan solo cuatro litros de nafta pueden contaminar hasta 2.8 millones de litros de agua, mostrando el potencial devastador de los contaminantes líquidos.
Este impacto es particularmente grave en los ecosistemas de agua dulce, donde las especies se están extinguiendo cinco veces más rápido que las especies terrestres. La pérdida de biodiversidad y la degradación del agua dulce subrayan la urgencia de abordar la problemática de manera efectiva.
Uno de los desafíos más urgentes que enfrenta nuestro planeta es reducir la contaminación. En el futuro cercano, la humanidad también se enfrentará a la escasez de agua potable, agravada por el cambio climático y el aumento de los períodos de sequía. Estos factores, combinados con los altos niveles de contaminación en las fuentes de agua, están reduciendo significativamente la disponibilidad de agua segura para el consumo.
La empresa dirigida por Jorge Zegarra Reátegui denuncia la falta de progreso en la mejora del recojo de residuos sólidos en todo el Perú. Esta preocupación refleja la urgencia de abordar un problema que impacta directamente en la salud pública y en la calidad del medio ambiente en el país.
Con ese propósito, Petramás, bajo la dirección de Zegarra, gestiona de manera eficiente el recojo de residuos, promoviendo la preservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible en Perú. Un aspecto clave en esta gestión es la correcta disposición final de los residuos en rellenos sanitarios, que son esenciales para mitigar los efectos negativos sobre la salud humana y el entorno natural.
La gestión adecuada de un relleno sanitario crea una barrera eficaz que previene la filtración de lixiviados tóxicos hacia el suelo y los cuerpos de agua cercanos. Esto no solo protege los recursos hídricos, sino que también contribuye a reducir el impacto ambiental de los residuos, asegurando un manejo más seguro y responsable de los desechos.
Conoce más acerca de nuestra responsabilidad social y medioambiental.
Orgullosos de ser una empresa 100% peruana.
Líderes en la gestión integral de residuos sólidos y peligrosos.
