Jorge Zegarra Reátegui denuncia: La revolución digital y su amenaza ambiental

¿Sabías que fabricar un ordenador de dos kilos requiere 800 kilos de materias primas, o que la energía utilizada para la extracción de bitcoins alcanzó los 121 teravatios el año pasado, superando el consumo de muchos países pequeños? Estas cifras son algunas de las preocupantes revelaciones del reciente informe de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), que subraya la urgente necesidad de abordar la amenaza ambiental del creciente sector digital.

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La amenaza ambiental y sus consecuencias ecológicas

Actualmente, aproximadamente 5400 millones de personas usan internet, y la economía digital está creciendo rápidamente, beneficiando a muchos. Sin embargo, la transición digital conlleva una alta demanda de recursos y electricidad.

 

Para mitigar estos impactos ambientales y promover una economía digital sostenible, el Informe sobre la Economía Digital 2024 de la UNCTAD propone recomendaciones políticas que faciliten esta transición de manera responsable y eficiente.

 

Se argumenta que se agrava la amenaza ambiental debido al aumento en la producción y el consumo de dispositivos electrónicos, lo que genera una mayor demanda de recursos naturales. La extracción de minerales como el litio y el cobalto, necesarios para baterías y otros componentes, causa deforestación, contaminación del agua y pérdida de biodiversidad.

 

Además, el rápido avance de la tecnología ha incrementado la generación de residuos electrónicos, muchos de los cuales no se reciclan adecuadamente. Estos desechos contienen metales pesados y sustancias tóxicas que contaminan el suelo y el agua, exacerbando los problemas ambientales globales.

Estrategias para mitigar la amenaza ambiental del boom tecnológico

El informe revela que el comercio electrónico ha crecido enormemente, con compradores en línea aumentando de menos de 100 millones en 2000 a 2300 millones en 2021. Este aumento ha provocado un crecimiento del 30% en los residuos digitales entre 2010 y 2022, alcanzando un total de 10,5 millones de toneladas a nivel mundial.

 

Además, el informe señala que los países desarrollados generan en promedio 3,25 kg de residuos digitales por persona, mientras que en los países en desarrollo esta cifra es menor.

 

En los países menos adelantados, esta cifra es apenas de 0,21 kg por persona. Esto destaca la desigualdad en cómo los beneficios de la digitalización están distribuidos globalmente.

 

  • Educación Continua: Fomentar la capacitación en habilidades digitales para preparar a la fuerza laboral ante los cambios tecnológicos.

  • Regulación Ética: Desarrollar marcos que aborden el uso ético de la tecnología y protejan la privacidad de los datos.

  • Inversión Sostenible: Promover tecnologías que minimicen el impacto ambiental e impulsen la innovación sostenible.

  • Colaboración Multisectorial: Fomentar alianzas entre gobiernos, empresas y organizaciones para abordar desafíos comunes.

Recomendaciones frente a la crisis ambiental

Para enfrentar estos desafíos y lograr una economía digital más sostenible, es crucial adoptar tecnologías más ecológicas que apoyen los objetivos de cambio climático. Este enfoque permitirá a los países mejorar su participación en la economía digital global y generar ingresos públicos.

 

Además, fomentar el uso de energías renovables y apoyar tecnologías energéticamente eficientes es esencial para reducir el impacto ambiental de las tecnologías digitales. Esto ayudará a avanzar hacia una economía más verde y sostenible.

 

En Perú, Petramás está abordando esta brecha ambiental bajo la dirección de Jorge Zegarra Reátegui. La empresa convierte residuos sólidos de Lima y Callao en energía eléctrica, reduciendo los gases de efecto invernadero y contribuyendo a un futuro más ecológico.

Para más información acerca de su denuncia ambiental, consulta los enlaces a continuación: