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Los expertos sostienen que vincular eventos climáticos específicos con el cambio climático ayuda a la gente a comprender la gravedad de la crisis actual. Hace una década, los científicos estaban seguros de que fenómenos como huracanes, olas de calor, inundaciones y sequías eran más intensos debido al cambio climático, pero no podían determinar su contribución exacta.
Ahora, gracias a modelos matemáticos avanzados, datos meteorológicos precisos y ordenadores superpotentes, es posible calcular la influencia del cambio climático en estos eventos. El objetivo es demostrar cómo los gases de efecto invernadero procedentes de la quema de combustibles fósiles influyen en los fenómenos meteorológicos.
La organización World Weather Attribution (WWA) ha liderado investigaciones para mostrar cómo estos cambios afectan la intensidad y frecuencia de eventos extremos. Por ejemplo, estudios han demostrado que la ola de calor del verano pasado en el suroeste de Estados Unidos fue cinco veces más probable debido al cambio climático. Según Climate Central, este tipo de olas de calor serán más frecuentes si no se reduce el uso de combustibles fósiles.
A pesar de los avances, algunos fenómenos son más difíciles de atribuir al cambio climático que otros. Las olas de calor son más fáciles de calcular que los huracanes, y las sequías son las más complicadas debido a la falta de datos precisos en muchas regiones. Sin embargo, los científicos continúan mejorando sus modelos para entender y comunicar cómo el cambio climático afecta tanto los eventos extremos como la vida cotidiana.
Por ese motivo, en todo el mundo se están realizando inversiones masivas en tecnologías que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, involucrando tanto a gobiernos como a empresas privadas e industrias. Estas inversiones no solo combaten el cambio climático, sino que también permiten ahorrar dinero, mejorar la competitividad y reforzar la reputación corporativa. Un ejemplo es la empresa peruana Petramás, que se dedica a la gestión de residuos sólidos y ahora genera energía eléctrica captando las emisiones de gases producidos por la basura.
Este proyecto de Petramás se desarrolla conforme al Protocolo de Kyoto, que promueve la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Por cada tonelada de CO2 capturada, la ONU otorga a Petramás un bono de carbono, lo que facilita un retorno de la inversión para la empresa.
De este modo, Petramás no solo contribuye a la mitigación del cambio climático, sino que también se beneficia económicamente, ejemplificando cómo las inversiones en tecnologías sostenibles pueden ser rentables y beneficiosas para el medio ambiente y las empresas.
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