Nanoplásticos reducen la eficacia de los antibióticos

Un equipo internacional de expertos alertó sobre un riesgo inesperado para la salud al identificar nanoplásticos como la sustancia plástica más dañina. Estos fragmentos, presentes en materiales como electrónica, pinturas y adhesivos, generan alteraciones preocupantes.

nanoplásticos - jorge zegarra reategui denuncia

Esta sustancia plástica ingresa al organismo a través de alimentos o bebidas contaminados, la inhalación o el contacto con la piel. Su presencia plantea serios desafíos para la salud humana y el medio ambiente.

¿Qué características tienen los nanoplásticos?

Son diminutas partículas de plástico microscópico, son mucho más pequeñas que la arena más fina. Estas partículas han despertado inquietud debido a su creciente presencia en el medio ambiente y su posible impacto en la salud. Aunque su efecto exacto en los seres humanos aún se estudia, su acumulación en diversos ecosistemas plantea serios riesgos.

Recientes investigaciones sugieren que los nanoplásticos podrían interferir con medicamentos como los antibióticos al alterar su eficacia. Además, se han detectado en tejidos humanos, lo que genera preocupación por su relación con enfermedades cardiovasculares. Su presencia resalta la urgencia de abordar el uso excesivo de plásticos y buscar soluciones sostenibles.

Nanoplásticos: Descubrimientos recientes y su impacto ambiental

Los nanoplásticos pueden unirse a antibióticos como la tetraciclina, reduciendo su capacidad para combatir infecciones. Esta interacción no solo disminuye la eficacia del medicamento en áreas objetivo, sino que también puede transportarlo a otras regiones del cuerpo, generando dosis subletales que promueven la resistencia bacteriana. Experimentos in vitro mostraron una significativa reducción en la efectividad de la tetraciclina cuando estuvo en contacto con nanoplásticos como poliestireno, polietileno y nylon, materiales comunes en empaques y textiles.

Además, modelos computacionales sugieren que la adhesión es particularmente fuerte con el nylon, lo que resalta el riesgo de estos contaminantes en espacios interiores. Expertos advierten que este material no solo interfiere en tratamientos médicos, sino que también agravan la resistencia bacteriana, representando un desafío para la salud pública. Aunque estos hallazgos son preliminares y requieren más estudios en humanos, subrayan la urgencia de abordar el impacto en la medicina y el medio ambiente.

¿Por qué preocupa al medio ambiente?

La resistencia a los antimicrobianos afecta al medio ambiente porque los antibióticos, al ser mal utilizados, llegan a ecosistemas acuáticos y terrestres a través de residuos y aguas residuales. Esto expone a bacterias en el entorno natural a dosis subterapéuticas, fomentando la evolución de cepas resistentes. Estas bacterias pueden propagarse en la fauna, los cultivos y las cadenas alimentarias, incrementando el riesgo para la salud global y alterando los equilibrios ecológicos.

La creciente resistencia también dificulta el tratamiento de infecciones en animales y plantas, lo que afecta la seguridad alimentaria y la sostenibilidad de la agricultura. Esto, junto con el impacto en la biodiversidad, refuerza la necesidad de adoptar prácticas responsables en el uso de antibióticos y desarrollar estrategias globales para minimizar su impacto ambiental y sanitario.

Petramás: Innovación y liderazgo en la lucha contra los nanoplásticos

Petramás contribuye significativamente al cuidado del medio ambiente mediante macroproyectos diseñados para gestionar residuos de manera sostenible. Bajo el liderazgo de Jorge Zegarra Reátegui, la empresa ha implementado tecnologías innovadoras que transforman residuos en energía limpia y promueven prácticas responsables en el manejo de desechos sólidos. Estas iniciativas no solo reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también evitan que grandes cantidades de plástico terminen contaminando ecosistemas terrestres y acuáticos.

Las iniciativas lideradas por Zegarra Reategui también incluyen campañas de concienciación para fomentar la buena gestión de residuos sólidos. Estas acciones complementan sus proyectos tecnológicos, enfrentando el problema desde una perspectiva integral. Al combinar innovación y educación, Petramás se posiciona como un referente en la lucha contra los microplásticos y nanoplásticos, promoviendo un modelo de economía circular que beneficia al medio ambiente y a las comunidades.

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Nuestro Impacto

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Petramás ha impulsado proyectos innovadores, como sus Centrales Térmicas de Biomasa y el Mecanismo de Desarrollo Limpio, ambos validados por el Protocolo de Kyoto. Esta validación internacional resalta la contribución significativa de Petramás en la lucha contra el cambio climático, posicionándola como un referente en sostenibilidad.

¿Cómo se soluciona esta problemática?

 

En Petramás, logramos una significativa reducción de gases de efecto invernadero mediante prácticas innovadoras y sostenibles en la gestión de residuos.

 

Una de nuestras estrategias clave es la generación de energía a partir de residuos orgánicos. Instalamos plantas de biogás que convierten estos residuos en electricidad y calor, disminuyendo así las emisiones y promoviendo la energía renovable.

 

Nos hemos fijado la meta de reducir un 50% nuestras emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, y trabajamos de manera continua para alcanzar este ambicioso objetivo.

El cambio climático sigue siendo la principal causa detrás de las temperaturas extremas, pero los años 2023 y 2024 presentan desafíos únicos para los científicos. Según expertos, el aumento térmico en 2023 fue «muy superior a lo observado en otros años», y aún no hay una explicación completa. Entre los factores evaluados están los gases de efecto invernadero, cuya acumulación, aunque crítica, no parece justificar por sí sola el rápido incremento.

Otros elementos podrían estar contribuyendo al fenómeno. El Niño, que calienta las aguas del Pacífico oriental, comenzó a mediados de 2023, pero las temperaturas ya se habían disparado antes de su inicio. La erupción del volcán Hunga Tonga en 2022 liberó vapor de agua con un potencial de calentamiento, aunque su impacto parece limitado. Además, la reducción de aerosoles atmosféricos desde 2020, debido a regulaciones más estrictas, pudo influir en el aumento, pero aún se necesitan estudios adicionales para confirmar su efecto.

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